Desde que Edwin Beard Budding inventó el cortacésped en Inglaterra, la máquina ha supuesto una revolución. Aunque poco tiene que ver esa primera herramientas del S.XIX con la actual, lo que no ha cambiado es su propósito: facilitar el cuidado de nuestros campos y jardines.
La historia del cortacésped comienza en 1830, en Inglaterra. Allí, un ingeniero natural de Gloucestershire, Edwin Budding, inventó una máquina para cortar el césped en jardines y zonas deportivas. Llamó a este invento «cortador». Hasta entonces, la hierba se cortaba con guadaña. No era la primera aportación con la que Edwin contribuía a la historia de la ferretería, también fue el inventor de la llave de tuercas ajustable.
Este primer cortacésped de la historia era una máquina totalmente manual que funcionaba por propulsión humana. Así, era necesario empujar la segadora con sus propias manos. Ésta consistía en un cilindro con cuchillas que, al ser arrastrado por los terrenos, giraba y giraba y cortaba la hierba a su paso.
Budding se inspiró en el funcionamiento de una máquina de tela para su invento. Así, se dio cuenta de que el mismo mecanismo utilizado para cortar la tela podría servir para cortar la hierba. Por eso, instaló la misma máquina en un chasis adaptado en el que unas cuchillas giraban a gran velocidad, creando una trituradora cilíndrica.
Tiempo después, apareció en escena John Ferrabee, otro ingeniero. Junto a él, comenzó a fabricar las primeras unidades en un pequeño almacén. Recurrían a cierta publicidad, elaborada por ellos mismos, en la que se podía leer «Los caballeros rurales encontrarán en el uso de nuestra máquina un divertido ejercicio que a la vez será útil y grato». Estas primeras cortadoras pueden ser vistas en el British Lawnmower Museum.
En 1832, la fábrica inglesa de máquinas Ransome Ipswich, comenzó a fabricar en serie la cortadora hasta convertirse en un referente mundial.
Con el aumento de la práctica de deportes en terrenos de césped, se impulsó la evolución de la cortadora. ¡Eran necesarias máquinas más efectivas! En 1850, Thomas Green inventó el cortacésped impulsado por una cadena. Lo llamó «Silens Messor«.
Con la aparición de los motores de gasolina liviana y de vapor, en 1890, el cortacésped sufrió otra pequeña revolución. Aunque los motores de gasolina se terminaron imponiendo a los de vapor. James Sumner fue el inventor del cortacésped a vapor en 1893. A pesar de que el cortacésped a gasolina se terminó imponiendo. Tras la I Guerra Mundial, la producción de cortacéspedes alcanzó el nivel más alto de su historia.
La marca Atco creó el primer cortacésped con motor en 1921. En el S.XX aparecieron los cortacéspedes con motor de explosión de gasolina, los cortacéspedes eléctricos, los de batería y los autopropulsados.
Pero no fue hasta finales del S.XX cuando se produjo la revolución más importante en la historia del cortacésped. En 1995, el grupo Husqvarna lanzó la primera generación de cortadoras totalmente automatizadas: los robot cortacésped.
El robot cortacésped era una máquina mucho más moderna y avanzada, ideal para aquellos que querían tener sus jardines bonitos sin necesidad de perder el tiempo con el corte. Y es que este robot no necesita de la intervención humana para segar la hierba.
Este tipo de cortacéspedes están diseñados, incluso, para realizar trabajos de éxito en jardines grandes y difíciles. Muchos modelos pueden ser programados para que sigan un recorrido específico y no se salgan del perímetro marcado.
¿Cuál será el cortacésped del futuro?